En el frenesí del mundo actual donde no paramos de movernos y correr, en el que cada vez todo parece girar más deprisa, nuestro cuerpo nos pide reponer combustible. En muchas ocasiones no paramos a seleccionar el mejor tipo de combustible que darle, en otras, nos tiramos por las ofertas. Lo cierto es que, a la larga sabemos lo que acabará haciendo con nuestro motor, y sabemos que no va a ser muy positivo…
Siguiendo el símil del combustible, como cada coche es único no es óptimo proporcionarle el mismo carburante a todos. Es decir, toda dieta va a depender de la genuinidad y condición de cada persona. La Organización Mundial de la Salud ha generado una serie de consejos muy prácticos a tener en cuenta para generarnos unos hábitos de alimentación adecuados.
En Centro Alba nos proponemos acercarte una idea de la comida preferida de nuestras neuronas, y de los hábitos que nos harán más perseverantes en nuestro desarrollo personal en este campo. ¡Ánimo y que aproveche!
1. Come lentamente y mastica bien los alimentos
El estómago tarda poco más de 20 minutos en apresar la información del estómago de que la comida se encuentra en él. Tardando en comer invirtiendo un tiempo alrededor de 20-30 minutos conseguimos un estado de saciedad con una cantidad de comida razonable. ¿Cómo conseguimos esto? Te damos para ello un par de estrategias.
- Corta los alimentos en trozos pequeños y cada vez que des un bocado coloca los cubiertos sobre la mesa o el plato.
- Haz una pausa de 5 minutos en mitad de la comida.
- Aumenta tu atención al olor, sabor, textura y otros elementos del alimento.
2. Comer de forma regular
Es mejor comer de 4 a 5 veces al día en poca cantidad que hacerlo tres veces de forma abundante. Procura comer aproximadamente cada 4 horas para evitar llegar a la sensación de hambre y tender a comer de forma impulsiva. Esto se debe a mantener en sangre un nivel óptimo de glucosa, evitando así la reacción del cuerpo.
3. Come cantidades pequeñas
Controla lo que te rodea, gestiona lo que puede influir en un consumo excesivo, por ejemplo:
- Se sabe que si vamos a comprar después de haber comido y con el estómago lleno, con mucha más probabilidad compraremos cosas necesarias y no caeremos en la impulsividad.
- Prepara menos comida.
- Pon menos cantidad en el plato o usa platos de menor tamaño.
- Retira de la mesa la fuente una vez estén servidos para evitar repetir.
4. Disfruta del momento
Elimina elementos distractores del medio como:
- Comer con la tele puesta
- No leas mientras comes
- Evita cosas que puedan distraerte
- Usa el momento de la comida para centrarte en lo que estás ingiriendo y ser más consciente de la cantidad de comida.
5. Cuando estés triste, angustiado o sin ganas de hacer nada.
Realiza alguna actividad incompatible que despiste al “chip automático de comer”, por ejemplo:
- Date una ducha relajante
- Ve a pasear
- Habla con un amigo
- No reprimas tus ganas de comer, sustitúyelo por alimentos sanos como un zumo de limón, infusión, fruta, etc.
6. El veneno blanco, ¡Evítalo!
El azúcar es un alimento denominado carbohidrato simple. No contiene vitaminas, fibra, minerales, etc. Es decir, no es nutritivo y al organismo no le sirve para nada. Además, se sabe que incrementa la ansiedad.
7. ¡Menos sal!
Es bien sabido que un exceso de la sal en la comida se relaciona con un incremento de la tensión arterial, y con problemas cardiovasculares a la larga.
8. Cafeína controlada
El chocolate, coca-cola, café, té y el alcohol: el alcohol a parte de aportar más calorías al organismo destruye la Vitamina B de nuestro organismo, la cual es importante en el afrontamiento del estrés. Por otro lado, hay estudios que han demostrado que un pequeño vaso de vino durante las comidas resulta CARDIOPROTECTOR y es un excelente antioxidante, ¡pero ojo, un vaso solo!
9. Evita las grasas
Existen de diferente tipo:
- Saturadas: se encuentra en estado sólido a temperatura ambiente.
- Insaturadas o monosaturadas: se mantienen en estado líquido a temperatura ambiente y solidifican cuando se enfrían.
- Poliinsaturadas: permanecen líquidas a temperatura ambiente y tras enfriamiento.
10. Consume alimentos frescos
Lo más próximos a su estado natural como sea posible y consume alimentos más complejos. Es decir, aquellos que están compuestos por cadenas largas de hidratos de carbono. Están compuestos de almidón, fibra, minerales y vitaminas. Mejor siempre los vegetales crudos y cocidos al vapor ligeramente. Además, fruta, cereales, judías y nueces. Una dieta rica en fibra reduce el riesgo de padecer cáncer de colon y además absorbe el exceso de grasas.
11. Toma suplementos de vitaminas y minerales
La vitamina B, C, calcio y magnesio son aquellas que aportamos al organismo con lo que consumimos día a día. Nuestro propio organismo no es capaz de crearlo. Cuando estamos bajo estrés o tensión nuestro cuerpo necesita más de estas vitaminas, y se ha relacionado una carencia de ellas con síntomas de estrés, insomnio, irritabilidad, depresión y fatiga. Como en momentos de tensión podemos perder el control sobre el consumo adecuado de ellos te recomendamos que en épocas de mucho ajetreo te hagas con un suplemento vitamínico.
Centro Alba espera que estos consejos te sirvan para aportar equilibrio a tu vida. Síguenos y no te pierdas el siguiente artículo donde aportaremos información sobre alimentos específicos que han demostrado en la investigación neurocientífica ser capaces incentivar la regeneración de neuronas.
Moisés Bermúdez Hernández
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