Más dejad que en vuestra unión crezcan los espacios.
Y dejad que los vientos del cielo dancen entre vosotros.
Amaos uno a otro, más no hagáis del amor una prisión.
Que sea mejor un mar que se meza entre las orillas de vuestras almas.
Llenaos mutuamente las copas, pero no bebáis sólo en una.
Compartid vuestro pan, más no comáis de la misma hogaza.
Cantad y bailad juntos, alegraos, pero que cada uno de vosotros
conserve la soledad para retirarse en ella a veces.
Hasta las cuerdas de un laúd están separadas,aunque vibren con la misma música.
Ofreced vuestro corazón, pero no para que se adueñen de él.
Porque sólo la mano de la Vida puede contener vuestros corazones.
Y permaneced juntos, más no demasiado juntos:
porque los pilares sostienen el templo, pero están separados.
Y ni el roble ni el ciprés crecen el uno a la sombra del otro”.
Khalil Gibran. “El Profeta”.
Las parejas que mantienen viva la intensidad del amor y de la pasión con el paso de los años, son las que sienten una fuerte atracción romántica y permanecen unidas por libre decisión y no por necesidad. Frente a la idea de una vida mediocre que por lo general tenemos de las uniones de larga duración, existen numerosas evidencias empíricas sobre los posibles factores predictores en las parejas que conservan su vínculo unidas por el amor intenso.
Algunos estudios psicológicos señalan que las parejas más felices tienen ciertos hábitos diferentes, en comparación con las infelices, y otros hallazgos clínicos muestran las dimensiones claves que definen y contribuyen a ese bienestar. En la mayoría de ellos se concluye que la pareja es la unión de dos personas en un organismo vivo que se debe cuidar y nutrir a diario. Las 10 claves para lograr que una relación fluya satisfactoriamente y para conservar la cercanía y el compromiso, residen en la capacidad para comunicarse con el otro y atender sus necesidades emocionales.
- PENSAR POSITIVAMENTE ACERCA DEL OTRO Y RECORDAR LAS EXPERIENCIAS AGRADABLES. Las parejas felices ponen énfasis en lo positivo en lugar de lo negativo y enfocan las cualidades personales, lo que el otro hace bien, y las experiencias más gratas que han compartido juntos. Esta actitud evita rumiar las carencias del otro y las experiencias que han sido molestas, frustrantes o conflictivas.
- HACER DE LA CONFIANZA Y EL PERDÓN LA BASE DE LA RELACIÓN. Cuando se da un desacuerdo o una discusión y no pueden resolverlo, las parejas felices por defecto confían en el otro y perdonan, en vez de desconfiar o guardar resentimiento. Transmiten a su pareja que, independientemente de cómo se sientan, lo que existe entre ellos es más importante que un simple enfado perturbador o cualquier incidente rutinario, y que a pesar del malestar siguen queriendo estar bien en la relación.
- DESARROLLAR LA INTELIGENCIA EMOCIONAL. Pensar que una unión es sana y gratificante porque la pareja no tiene conflictos ni desacuerdos es una utopía bastante ingenua. Las parejas emocionalmente inteligentes pueden salir airosas de un huracán si tratan de mantener fuera de sus discusiones, de modo intuitivo o aprendido, a “Los cuatro jinetes del Apocalipsis”: la crítica, la actitud defensiva, la evasión y el desprecio. En una conversación destructiva, un simple reclamo puede disparar todos esos factores a la vez, arruinar la comunicación y, poco a poco, la relación de pareja.
- USAR ESTRATEGIAS QUE MITIGUEN LA TENSIÓN. Para conservar sano el vínculo conviene ser flexibles, mantener el humor, la tolerancia, la paciencia, asumir compromisos y aprender a relajarse para no perder la calma. Las parejas felices tienen sentido del humor, pueden discrepar o discutir sin faltarse el respeto, saben hacer una pausa en el momento justo para no desgastarse, retomar la serenidad y pensar con lucidez, y son flexibles a la hora de negociar.
- EVITAR EL CONTROL Y EL AVASALLAMIENTO DEL OTRO. Las parejas flexibles y tolerantes logran reajustar sus pactos a las circunstancias y a las diferentes etapas de la vida. Los encasillamientos empobrecen e impiden escuchar otros puntos de vista. Si aun así no hay coincidencia, las parejas felices logran comprender las emociones negativas o los miedos individuales, y aceptan que se puede convivir con las diferencias, pero no dejan que el otro avasalle sus sueños ni sus proyectos personales.
- MANIFESTAR AFECTO VERBALMENTE. Las parejas felices se recuerdan mutuamente con palabras el afecto que sienten el uno por el otro. Dicen “te quiero”, “que tengas un buen día” o “buenas noches” cotidianamente, con independencia de cómo se encuentren. Se llaman durante la jornada para “ver cómo vas”, comparten incidencias, y al volver del trabajo se comunican el deseo que tenían de verse. Estas expresiones verbales ayudan a enfrentar el estrés del día a día, mantienen la complicidad y la conexión cuando no están juntos, y muestran la importancia de transmitirse afecto para estar en continua sintonía emocional.
- EXPRESAR AFECTO DE FORMA FÍSICA. Los pequeños toques de cariño, como un beso o un abrazo, son suficientes para mantener la piel bañada de afecto, alimentar la intensidad del amor y aumentar la conexión amorosa. Sentir amor es importante, pero también lo es expresarlo a través del contacto físico, y no tiene por qué ser demasiado efusivo ni significar que la actividad sexual tiene que ponerse en marcha a partir de un toque de afecto. Percibir una sensación de calor y hormigueo ante la presencia física del otro es suficiente para mantener el fuego interior hasta que llegue el momento adecuado para el encuentro sexual. Nuestra piel tiene una memoria sensorial para las “buenas caricias” (amor), “sin caricias” (descuido) y “malas caricias” (abuso).
- ACOSTARSE AL MISMO TIEMPO Y MANTENER RELACIONES SEXUALES FRECUENTES. Las parejas felices no se van a la cama por separado, cuidan el contacto íntimo y la actividad sexual, que son la máxima expresión de la intensidad del amor y generan sensaciones duraderas de felicidad. Tampoco renuncian a mostrar su afecto en público y se sienten cómodos caminando uno al lado del otro, cogiéndose de la mano, por la cintura, etc. Les gusta transmitir que disfrutan de estar con su pareja y muestran la conexión que existe entre ellos, a veces sin darse cuenta.
- PASAR TIEMPO JUNTOS Y DISFRUTAR DE ACTIVIDADES COMUNES. El valor de aprender a compartir pequeños y grandes momentos, tareas de la casa, diversiones, charlas, silencios y proyectos, es tan importante como la expresión del afecto, gestos, palabras y actitudes. Compartir intereses comunes, participar en actividades nuevas y desafiantes, además de pasar tiempo juntos para no perder el sentido de la compañía, mejora la intensidad del amor y fortalece los lazos sentimentales y emocionales. Al mismo tiempo, también hay que cuidar los intereses propios y las actividades de auto expansión que supongan un reto de crecimiento individual, para prevenir la dependencia afectiva del otro en el desarrollo personal.
- MANTENER UNA INTENSA PASIÓN POR LA VIDA. Las personas que se acercan a su vida cotidiana con entusiasmo y ponen una gran energía emocional en el trabajo, en sus aficiones o en sus intereses, también parecen tener estos sentimientos intensos en su vida amorosa. Es evidente que, a pesar del paso del tiempo, muchas personas son capaces de mantener altos niveles de pasión en su relación de pareja porque también conservan viva su pasión por la vida, adaptan sus comportamientos y cambian sus pensamientos para mantenerlos frescos y vitales durante años.
Cuando existen problemas de pareja, se pueden seleccionar algunas de las claves señaladas y llevarlas a cabo. Estos hábitos son comportamientos discretos, que se transforman en automáticos tan sólo con un poco de esfuerzo para cultivarlos y mantenerlos. Si en un comienzo parece que no funcionan, la clave adicional reside en no desesperarse, persistir y simplemente retomarlos. En definitiva, el vínculo que une a cada pareja es un mecanismo delicado y exquisito que tiene normas propias; sin embargo, una condición fundamental para mantener el equilibrio de esa unión es no considerarla incondicional como si tuviese vínculos consanguíneos. La unión comprometida de dos personas es la pieza central de nuestro sentido de identidad y es fundamental para nuestros sentimientos de satisfacción vital. La inteligencia emocional ayuda a crear un espíritu de trascendencia que liga a las parejas felices y que han logrado afianzar su vínculo con el paso del tiempo construyendo un mundo espiritual que sólo a ellos les pertenece.
Nélida Álvarez Menéndez
Referencias:
– “Siete reglas de oro para vivir en pareja”. Gottman, John M., Silver, N. (2010). Editorial Debolsillo Clave.
– “Es el amor a largo plazo más que un fenómeno raro? Si es así, ¿cuáles son sus correlatos?”. O’Leary, K. D., Acevedo, BP, Aron, A., Huddy, L., & Mashek, D. (2012). Social Psychological and Personality Science, 3(2), 241-249.
– “¿Qué relaciones resisten el paso del tiempo y por qué?”. Krauss Whitbourne, S. (2012). Psychology Today.
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Carlos says
La 10… Es la clave …
La 5 no pertenece a la pareja … No existe si existe la 5 ..
Si… La 4 ..el humor …es en realidad lo que más seduce…
Si te ríes con tu pareja nunca se extingue el amor…